lunes, 13 de julio de 2009

SOBRE GUINEA ECUATORIAL

Guinea Ecuatorial es un estado del Golfo de Guinea, que data de 1968, año en el que consiguió la independencia.

Este territorio, de clima ecuatorial (es decir, de alrededor de 25ºC de media mensual, y unos 2000 mm de precipitación anual), posee una importante riqueza petrolífera, que le ha permitido aumentar su renta per cápita considerablemente. Sin ambargo, no se debe ver de forma positiva u optimista.

Lo que con el tiempo fue una colonia española (tras un período de dominio portugués que concluyó en 1777 con el Tratado de San Ildefonso, que le incluyó en el Virreinato del Río de la Plata, y, por ello, en la Corona española) se edificó sobre las tierras de antiguos reinos tribales como el Reino Oyo, el de Bubi (por la etnia bubi), el de Benga, el territorio de los fang o el reino del Congo). Como es evidente, la diversidad de etnias y territorios sobre los que se construyó hizo que uno de los problemas futuros de mayor envergadura fuera precisamente el de la convivencia entre etnias, algo tan propio del África del sur del Sahel (recordemos el problema entre los hutus y los tutsis).

Como ya hemos comentado, tras el Tratado de 1777 este territorio pasó a manos españolas. Se conoció como Guinea Española desde 1926 (antes había recibido otros nombres, como el de Río Muni), y en 1956 amplió su control a las islas de Fenando Poo y Annobón.

En 1959 adquirió el estatuto de provincia, y como tal ejerció sus derechos administrativos en la España del general Franco. Incluso disfrutó de una relativa autonomía política desde 1963. Sin embargo, las presiones de la ONU hicieron que el gobierno español decidiera conceder la independencia en octubre de 1968.

Tras esta mayotía de edad política, accedió a la máxima magistrautra del país Francisco Macías Ngema, que reprimió a los diferentes opositores que fueron surgiendo, y de esta forma fue acumulando cada vez más poder en su persona. De hecho, llegó a crear un sistema político de partido único, en el cual la única formación política legalizada era el PUNT (Partido Único Nacional de los Trabajadores).

Unos años más tarde, en 1973, en este país se promulgó una nueva constitución, unitaria, que ahogaba las particularidades territoriales de las zonas que lo formaban. Además, emprendió un proceso de africanización cultural que conllevó incluso el cambio de los nombres de las personas. Como es evidente, el régimen estaba adoptando un evidente autoritarismo.

Pese a esto, la oposición fue tomando cuerpo y, en 1979, un golpe de estado encabezado por su sobrino el general Teodoro Obiang, acabó con este sistema e implantó una república democrática. De esta forma , em 1982 se promulgó una nueva constitución que, sin embargo, no garantizaba las libertades democráticas. Por ello, en un proceso de tímida democratización de las estructuras políticas, en 1991 se promulgó un nuevo texto constitucional que permitía un mayor pluripartidismo, por lo menos a nivel nominal, porque en realidad este proyecto se quedó en una simple fachada, como se observa en las medidas que Obiang adoptó contra la etnia bubi, rival de los fang, a los que pertenece el general.

Éste es el panorama político de los guineanos. No nos encontramos ante un sistema democrático, sino ante una dictadura, que ha sustituido a otra, tras un largo período colonial. Parece que es el destino de aquellos territorios en los que, como veremos posteriormente, no existe un adecuado desarrollo social.

En cuanto a los aspectos económicos y sociales, es cierto que las explotaciones petrolíferas han incrementado las reservas de divisas del país, pero ello no ha conllevado un reparto equitativo de la riqueza. De hecho, si observamos el listado de estados en función del PIB per cápita, Guinea Ecuatorial ocupa un escalafón, que no se representa con el escalafón que ocupa si observamos el IDH, mucho más real (pero no ideal) para representar el estado auténtico de la cuestión.

Hace no mucho, en unas interesantísimas declaraciones, el Sr. Obiang, ante la pregunta del periodista de por qué no repartía de forma más equitativa las divisas que están entrando en el país gracias al petróleo, el mandatario africano respondió que no tenía intención de regalar dinero a vagos y holgazanes. La consecuencia de todo ello es la pobreza extrema en la que viven amplios segmentos de población, con lo que la implantación de unas instituciones democráticas reales y un estado de derecho, se antoja poco menos que imposible. Como paso previo para el desarrollo de un sistema democrático de derecho, debe existir el desarrollo de las condiciones de vida de la población. En caso contrario, este sistema es una farsa.

Para más información, recomiendo la lectura de este artículo que he encontrado en la edición digital de hoy de PÚBLICO.

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